Miedo, pereza, rabia, envidia, desesperación no son necesariamente emociones relacionadas a la publicidad. Pero son sentimientos reales que todos poseen, y que si bien trabajados pueden conectar el consumidor a la marca. Esta fue la premisa usada por Joanna Monteiro, Joanna Monteiro, Directora Creativa de Proyectos Globales de FCB, en la última Conferencia de la XXII edición de El Ojo de Iberoamérica 2019.
“Estamos viviendo en una etapa en que todos quieren hacer trabajos que sean cool para las marcas. Todos somos muy copados. Pero creo que para hacer la buena publicidad no tenemos que estar enfocados solo en estos sentimientos. Pero para hacer algo bueno hay que explorar otros sentimientos”, dijo.
Joanna trazó un paralelo entre la niñez y los sentimientos que los niños se permiten sentir antes de haber una clase de censura social. “Desde que tuve a mi hija, Anita, algunas cosas cambiaron e hicieron toda la diferencia. Los chicos nos enseñan todo el tiempo, porque ellas son extremamente creativas, ellas todavía no están dentro de la caja”, analizó.
Según creativa, al estar con niños, las personas se acuerdan que tienen otros sentimientos no necesariamente buenos, pero que pueden abrir grandes posibilidades dentro del universo de la publicidad. “Las agencias de publicidad son lugares en que hay que haber una cultura más abierta.”
Al presentar casos exitosos de campañas que utilizaron emociones como egoísmo, odio, miedo o ansiedad, Joanna reforzó que algunas situaciones pueden generar una gran conexión entre el consumidor y la marca. “Todos acá sentimos en algún momento celos o tuvimos una mala actitud. Todos tenemos distintos tipo de sentimientos, y cuando una buena campaña habla sobre eso uno se conecta. Por lo tanto es algo relevante para el consumidor”, ejemplificó.
La creativa, sin embargo, defendió la necesidad de haber en el mundo más empatía, afecto o confianza. Dijo no estar en contra de la publicidad que evoca el bien, pero que en el mundo social esta no es la realidad, y si uno se enfoca solo en eso termina se encerrando y se alejando del mundo real. “Al asumir una debilidad, le pones a la gente a su lado, y es sobre eso que la industria debe trabajar.”
Entre las emociones que la publicidad necesita trabajar, Joanna también destacó el coraje que las agencias necesitan tener para enfrentar el miedo que las marcas tiene de trabajar emociones que son tan positivas. Para eso, la creativa defiende la necesidad de conocer al cliente, y hacerlo confiar.