Las risas y los aplausos estuvieron presentes en todo momento, como así también las historias personales que el creativo expuso a su público con el fin de transmitir un único mensaje: “aprender de los errores”.
La expectativa era inmensa. Días antes de la conferencia de Chacho Puebla, el creativo había hecho una encuesta en Facebook para que la gente eligiera el tema sobre el que iba a hablar en El Ojo 2014. Los errores ganaron la pulseada así que el Director Creativo Ejecutivo de LOLA decidió bautizar a su charla “Mírame fallar miserablemente”.
“La verdad es que estoy muy nervioso”, dijo apenas se subió al escenario, pero con las risas y aplausos del público ese miedo escénico fue mermando. Su propuesta fue mostrar distintos fracasos que había tenido a lo largo de su vida y, también, qué cosas había aprendido de ellos, porque siempre trató de buscarle el lado positivo a todos los problemas. Uno de ellos estuvo directamente relacionado con la conferencia: las “FailureNights”. Eran encuentros entre personas desconocidas en donde hablaban de los distintos errores que habían cometido en su vida. “Fracaso rotundo”, dijo Chacho cuando terminó de explicar ese proyecto que había ideado años atrás. “Hay revistas, charlas y lo que se puedan imaginar sobre los fracasos”, agregó.
Y como frente a todo error deviene una enseñanza, también se encargó de transmitir las cosas que había aprendido. “Primero hay que tener una idea, después hay que chequear si alguien más la hizo y después hay que tener huevos, porque hay que jugársela por las cosas que querés”, dijo frente a un salón que ya había colmado su capacidad y en el que los nuevos espectadores que se fueron sumando tuvieron sentarse en el suelo. “Todo se trata de tener confianza en uno mismo”, complementó.
De los seis fracasos que llevó a su conferencia, el que más risas generó en el público fue el de su panza. A esa altura, Chacho parecía un showman que no paraba de entretener al auditorio con distintas historias personales. Aunque la conclusión que sacó se llevó muchos más aplausos: “Tenés que darlo todo y si no lo hacés, no te quejes”. Y relacionó ese concepto con la publicidad, porque –desde la postura de Chacho- la industria pelea, muchas veces, por cosas que no valen la pena como “la cantidad de puntas de la estrella del precio en un producto”.
El único fracaso relacionado con la publicidad que decidió exhibir fue el que tuvo en LOLA Barcelona. “Teníamos que conseguir 100 personas en un mes, pero ninguno podía ser extranjero. El resultado fue un grupo que no tenía buena onda, pero con los meses lo fuimos amoldando. Y con eso aprendimos que no se puede replicar la cultura o filosofía de una determinada agencia en otra”, enfatizó Puebla.
Ya por el final, quiso dejar un mensaje motivador a su público, al determinar que aquello que realmente moviliza a los creativos es contar historias que estén dentro suyo y, para eso, se asocian con algún cliente para hacerlo. “No digamos que no podemos hacer las cosas porque el anunciante no nos deja, porque la barrera nos la ponemos nosotros. Hagamos lo que verdaderamente queremos hacer”, concluyó Chacho.